martes, 26 de abril de 2011

Mis jefes me apoyarán en esto, doctor

que mis jefes me apoyarán en esto, doctor. Le cuento. En teoría mi teléfono móvil es para uso privado por la sencilla razón de que yo lo compré y yo pago todas mis llamadas, que, por otra parte, es lo que viene haciendo el común de los mortales, pero observará, doctor, que he dicho “en teoría”, porque lo que se dice en la práctica no es exactamente así.

Como usted sabe, doctor, trabajo en un grupo de investigación desde muchos años antes de que existiesen los teléfonos móviles, y a partir de que esos aparatitos aparecieron en el mercado, se han convertido para nosotros en algo tan imprescindible como la documentación o la pistola, y si esto ha sido así, doctor, es porque son verdaderamente útiles para el servicio.

En muchas ocasiones, cuando estamos trabajando, es ineludible estar en comunicación entre nosotros al realizar vigilancias, seguimientos, detenciones o registros domiciliarios, y no siempre es posible utilizar las transmisiones oficiales porque llaman la atención, no funcionan bien, y a veces, doctor, porque simplemente carecemos de suficientes aparatos para todos. Y es justo entonces cuando nos vemos obligados a utilizar nuestros teléfonos particulares para realizar las llamadas oficiales que sean necesarias, y esas llamadas, doctor, por desgracia nos cuestan dinero.

A quienes, sin embargo, no les cuesta un céntimo hacer esas mismas llamadas es a nuestros jefes, porque ellos no tienen ninguna necesidad de utilizar sus teléfonos particulares para cuestiones de trabajo, ya que disponen de teléfonos oficiales con todas las llamadas pagadas. Voy a intentar explicarme, doctor. No es que me moleste que  los oficiales y buena parte de los suboficiales tengan a su disposición teléfonos móviles con las llamadas pagadas, lo que me molesta y me parece totalmente injusto es que muchos guardias civiles, que muy a menudo tenemos que realizar llamadas de trabajo, no dispongamos de ese material y tengamos que detraer de nuestro mísero sueldo el dinero necesario para llevar a buen fin el servicio.

No dudo -y creo saber- que todos los jefes de la Guardia Civil, doctor, siempre utilizan sus teléfonos móviles oficiales para hacer llamadas estrictamente oficiales, ya que utilizar esos medios para asuntos particulares serían actitudes demasiado despreciables e indignas si las realizase alguien tan honorable como un jefe de la Guardia Civil. Estoy totalmente convencido, doctor, de que ningún jefe de la Guardia Civil aceptaría de buen grado la injusticia que podría suponer que las llamadas a su mujer, a su querida, a sus hijos o a sus amigotes le saliesen gratis, mientras que otros nos vemos en la obligación de pagar de nuestro bolsillo las llamadas oficiales. Estoy totalmente convencido, doctor, de que esa mezquindad no es posible en ningún jefe de la Guardia Civil, y por eso sé que ni se les pasa por la imaginación hacerlo, del mismo modo que también sé que todos nuestros jefes están haciendo lo imposible para conseguir que los guardias que lo necesiten también tengan, como ellos, teléfonos móviles oficiales para las llamadas estrictamente oficiales.

¿Por qué me mira así, doctor? Me mira como si hubiese perdido totalmente la cordura… ¿Cree que estoy equivocado, doctor?  

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