A veces
llego a pensar, doctor, que son magos, que son una especie de misteriosos
merlines que hacen desaparecer “cosas” bajo la fumarada verde de su particular
abracadabra…
Aunque
no soy especialmente crédulo en lo que a Leyes y Justicia se refiere, tengo que
reconocer, doctor, que a veces se hacen cosas buenas. Una de las pocas cosas
buenas que se han hecho en materia legal es esa normativa, ley o lo que sea,
que autoriza a que los efectos incautados a los traficantes de drogas puedan
ser utilizados por los grupos dedicados a combatir esos delitos, ya que, como
usted sabe muy bien, doctor, es habitual que las mafias tengan siempre mejores
medios que las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Pues
bien, doctor, nos encontramos con que debajo de la tabla redonda hay “cosas”
magnánimamente concedidas por el rey Arturo, pero también nos encontramos con
que, en ocasiones, alrededor de la tabla no está sir Perceval ni está sir
Tristan y ni siquiera está sir Lancelot, que es lo que requeriría la leyenda,
sino merlines, simples merlines, magos de capirote estrellado y ceño fruncido
que, bajo el humo verde de sus embrujos, hacen desaparecer “cosas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario