Sé que
mis jefes me apoyarán en esto, doctor. Le cuento. En teoría mi teléfono móvil
es para uso privado por la sencilla razón de que yo lo compré y yo pago todas
mis llamadas, que, por otra parte, es lo que viene haciendo el común de los
mortales, pero observará, doctor, que he dicho “en teoría”, porque lo que se
dice en la práctica no es exactamente así.
Como
usted sabe, doctor, trabajo en un grupo de investigación desde muchos años
antes de que existiesen los teléfonos móviles, y a partir de que esos
aparatitos aparecieron en el mercado, se han convertido para nosotros en algo
tan imprescindible como la documentación o la pistola, y si esto ha sido así,
doctor, es porque son verdaderamente útiles para el servicio.
En
muchas ocasiones, cuando estamos trabajando, es ineludible estar en
comunicación entre nosotros al realizar vigilancias, seguimientos, detenciones
o registros domiciliarios, y no siempre es posible utilizar las transmisiones
oficiales porque llaman la atención, no funcionan bien, y a veces, doctor,
porque simplemente carecemos de suficientes aparatos para todos. Y es justo
entonces cuando nos vemos obligados a utilizar nuestros teléfonos particulares
para realizar las llamadas oficiales que sean necesarias, y esas llamadas,
doctor, por desgracia nos cuestan dinero.
A
quienes, sin embargo, no les cuesta un céntimo hacer esas mismas llamadas es a
nuestros jefes, porque ellos no tienen ninguna necesidad de utilizar sus
teléfonos particulares para cuestiones de trabajo, ya que disponen de teléfonos
oficiales con todas las llamadas pagadas. Voy a intentar explicarme, doctor. No
es que me moleste que los oficiales y buena parte de los suboficiales
tengan a su disposición teléfonos móviles con las llamadas pagadas, lo que me
molesta y me parece totalmente injusto es que muchos guardias civiles, que muy
a menudo tenemos que realizar llamadas de trabajo, no dispongamos de ese
material y tengamos que detraer de nuestro mísero sueldo el dinero necesario
para llevar a buen fin el servicio.
No
dudo -y creo saber- que todos los jefes de la Guardia Civil, doctor, siempre
utilizan sus teléfonos móviles oficiales para hacer llamadas estrictamente
oficiales, ya que utilizar esos medios para asuntos particulares serían
actitudes demasiado despreciables e indignas si las realizase alguien tan
honorable como un jefe de la Guardia Civil. Estoy totalmente convencido,
doctor, de que ningún jefe de la Guardia Civil aceptaría de buen grado la
injusticia que podría suponer que las llamadas a su mujer, a su querida, a sus
hijos o a sus amigotes le saliesen gratis, mientras que otros nos vemos en la
obligación de pagar de nuestro bolsillo las llamadas oficiales. Estoy
totalmente convencido, doctor, de que esa mezquindad no es posible en ningún
jefe de la Guardia Civil, y por eso sé que ni se les pasa por la imaginación
hacerlo, del mismo modo que también sé que todos nuestros jefes están haciendo
lo imposible para conseguir que los guardias que lo necesiten también tengan,
como ellos, teléfonos móviles oficiales para las llamadas estrictamente
oficiales.